¿Por qué el branding no es solo un logo bonito?
La marca no es lo que decís de ella. Es lo que los demás recuerdan cuando la mencionan.
Cuando alguien habla de “branding”, muchas personas todavía piensan que se trata simplemente de tener un logo atractivo, una paleta de colores bien pensada, o una tipografía moderna.
Y claro, todo eso importa. Pero el branding real va mucho más allá del diseño visual.
Tu marca es tu reputación. Es tu historia. Es la experiencia completa que alguien tiene —o cree tener— con tu negocio.
Una marca vive en la mente de los demás
Una marca no se define solo por lo que vos querés comunicar, sino por lo que los demás perciben, sienten, recuerdan y comparten.
A veces, esa percepción nace de algo tan simple como una canción, una imagen o una historia.
Otras veces, de una mala experiencia o una opinión prestada.
Imaginemos este escenario:
Un profesor al que apreciás mucho cuenta en clase que fue a un restaurante nuevo y que la comida no tenía gusto.
Vos nunca fuiste, ni sabés cómo es. Pero, seamos honestos: ¿te dan ganas de ir?
Probablemente no.
Ahora cambiemos de escena.
Tu tía, la que siempre es súper crítica con los hoteles, las almohadas, el servicio, la limpieza… se va de vacaciones y dice que en X hotel la trataron como una reina.
“Todo estaba impecable”, “el personal fue súper amable”, “nunca dormí tan bien”.
¿No te dan ganas de revisar la web del hotel? ¿Guardar el dato? ¿Tenerlo presente?
Incluso si nunca vamos ni al restaurante ni al hotel… los nombres de ambos quedan marcados en nuestra mente.
Uno con una experiencia negativa y otro con una positiva.
Y lo más interesante es que… todo eso es subjetivo.
Quizás el profesor venía de un mal día y su percepción estaba sesgada.
Quizás el hotel donde estuvo tu tía no era nada especial, pero como ella estaba relajada y feliz, todo se sintió mejor.
Aun así, esos relatos “al pasar” construyen la marca.
Porque la marca no es lo que creás en un tablero o Illustrator.
Es lo que vive en la mente colectiva.
El branding es también:
- Cómo respondés cuando un cliente se queja.
- La experiencia de navegación en tu sitio web.
- El olor que hay al entrar a tu local.
- La música de tu anuncio que alguien recuerda desde chico.
- La claridad de tus correos.
- La coherencia de tu estilo en redes.
- La manera en que tu equipo atiende al público.
- Las palabras que usás en una llamada de ventas.
Entonces, ¿qué se necesita para tener una marca sólida?
- Identidad visual bien definida. Sí, también incluye el logo.
- Tono de voz coherente en todos los canales.
- Experiencias consistentes (¡y positivas!) para tus clientes.
- Capacidad de respuesta ante errores o críticas.
- Autenticidad. Una marca que se siente honesta, gana confianza.
- Buena reputación online y offline.
“Tu marca no es lo que vos decís de ella.
Es lo que los demás dicen cuando no estás en la sala.”
— Jeff Bezos
Y eso incluye comentarios en redes, reseñas, recomendaciones…
O esas pequeñas historias que se cuentan en una sobremesa.